Thursday, January 31, 2008

Dijous Llarder a la vila del pingüí

Por una vez en la Tierra de Mordor la niebla se desvaneció, los rayos del Sol irrumpieron en la apacible vida de las criaturas de la Comarca, iluminando fachadas, calles y plazas, dando lugar a una escena insólita. Aquel día las calles se llenaron de ruidosa muchedumbre que, dejándose llevar por la momentánea retirada del frío, se dirigía con paso solemne a la plaza mayor. Allí, como en un gran festín, los cerdos colgaban de afilados ganchos atados con gruesas cuerdas, el cocinero alimentaba las llamas, y los comensales se iban sentando uno a uno mientras observaban la gran cantidad de manjares que allí se ofertaban.
En seis personajes se centra nuestra historia, aunque más tarde se añadieron cuatro más:



Y aquel día, degustando todo tipo de alimentos y bebiendo jarras de cerveza, se gozó de un buen ambiente soleado, con conversaciones amenas y divertidas. Lujoso paréntesis en estas tierras...

दाविद परेज़


1 comment:

Anonymous said...

Muy bonita la descripción. Anda que después podrás decir que tienes mucha faena. Que buena vida. Aunque bueno supongo que en el fondo se trata de eso no ;P